Hola mis lectores!!! Antes de nada STOP. Me gustaría que leyeras esta entrada con tu canción favorita o una canción/artista que siempre escuches cuando estabas mal, te sentías sola... Tú me entiendes😃👇
La música es mucho más que una forma de entretenimiento. Es una herramienta poderosa que puede tocar emociones, despertar recuerdos, calmar ansiedades o incluso motivarnos a seguir adelante. Para los jóvenes, la música no solo es parte de su día a día, sino también una aliada silenciosa en momentos de cambio, búsqueda personal o desafío.
En la adolescencia, etapa de preguntas, contradicciones y construcción de identidad, la música puede convertirse en refugio, en canal de expresión o en espacio de encuentro con los demás. Cuantas veces nos hemos enfadado con nosotros mismos porque en un viaje se nos han olvidado los cascos...?
No sé para vosotros, pero para mí la música es como una especie de refugio, una forma de estar conmigo misma sin sentirme sola. Es ese espacio donde todo lo que siento cobra sentido; Como cuando suena una canción y miramos por la ventana como si estuviéramos en una película...Y es que la música no solo es lo que suena en los audífonos, también es lo que pasa dentro de uno cuando la escucha.
Últimamente he estado pensando en lo importante que es la música en la vida de los jóvenes (o sea, en la nuestra). No hablo solo de escuchar reguetón en el bus o cantar a todo pulmón en la ducha (que también), sino de cómo puede ayudarnos de verdad. A veces es como si una canción dijera justo lo que no sabemos cómo explicar. O como si un beat nos sacara del fondo cuando estamos medio perdidos.
Hay canciones que me han acompañado en momentos muy duros, y otras que me han hecho bailar aunque no tuviera ni ganas de sonreír. Es raro, pero reconfortante, cómo algo tan simple puede tener tanto poder.
También creo que la música nos une. Como cuando compartes una canción con una amiga y de repente es “su canción”. O cuando te identificás con una letra y sentís que alguien, en algún lugar, entiende por lo que estás pasando. No es poca cosa.
Además, la música también nos hace pensar. Hay letras que te hacen abrir los ojos a lo que pasa en el mundo: desigualdad, amor propio, salud mental, machismo, racismo… y eso nos forma también, nos educa desde otro lugar. Y si te pones creativa, hasta te dan ganas de escribir tus propias letras, componer algo o simplemente hacer una playlist que hable por ti.
Por todo eso, yo pienso que la música no es solo “música”. Es parte de crecer, de descubrirse, de sanar y de conectarse con los demás. Y ojalá en los espacios donde se trabaja con jóvenes se entienda más esto, porque no hay nada más poderoso que una canción que te haga sentir menos sola, más viva o más tú.
Así que sí, la música puede cambiar muchas cosas. A veces incluso sin que te des cuenta.
Me gustaría que dejarais una canción en comentarios que os identifique, y asi poder conectar más con vosotros! Saludos 💖
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